La clorosis es el amarillamiento del tejido foliar causado por la falta de clorofila. Las causas posibles de la clorosis son el drenaje insuficiente, las raíces dañadas, las raíces compactadas, la alcalinidad alta y las deficiencias nutricionales de la planta. Las deficiencias nutricionales pueden ocurrir debido a que el suelo no es rico en nutrientes o porque estos no están disponibles por el pH alto (suelo alcalino). También es posible que los nutrientes no puedan absorberse porque las raíces de las plantas están dañadas o poco desarrolladas.
El nutriente que suele faltar cuando se manifiesta la clorosis es el hierro. La falta de manganeso o de zinc en la planta también resulta en clorosis. La manera de distinguir la deficiencia de hierro de la de zinc o manganeso es observando cuál follaje se tornó clorótico primero. La clorosis por falta de hierro comienza en las hojas más jóvenes o terminales y luego avanza hacia las hojas más viejas. Sin embargo, las deficiencias de manganeso y zinc se manifiestan en las hojas internas o más viejas primero y después en las de afuera. Las plantas necesitan hierro para producir la clorofila. La clorofila les da a las hojas el color verde y es esencial para que la planta produzca los alimentos necesarios para crecer. El hierro también es necesario para varias funciones enzimáticas que manejan el metabolismo y la respiración de la planta. El hierro se torna más insoluble a medida que el pH del suelo aumenta por encima de 6.5 a 6.7 (7.0 es neutro; menos de 7.0 es acídico; arriba de 7.0 es alcalino). En la mayoría de las plantas el hierro puede absorberse solamente como un ion libre (Fe++) cuando el pH está entre 5.0 y 6.5.
Otros elementos como el calcio, el zinc, el manganeso, el fósforo o el cobre en grandes cantidades en el suelo pueden fijar el hierro y, por lo tanto, la planta no puede disponer de este. Sin embargo, la falta de potasio en la planta reducirá la disponibilidad de hierro para esta. La falta de hierro suficiente en el suelo también es un problema. Los suelos del área metropolitana de Chicago, en general, cuentan con niveles de hierro adecuados. El problema es la disponibilidad del hierro en el suelo para la planta. La mayoría de los suelos del noreste de Illinois se formaron a partir de lechos rocosos calizos. Por lo tanto, la clorosis se debe a que el pH del suelo es alto.
Tanto las plantas herbáceas como las leñosas son susceptibles a la clorosis.
Los síntomas pueden variar dependiendo de varios factores. ¿Cuál es la alcalinidad del suelo? Cuanto más alto sea el pH, más clorótica será la planta. ¿Durante cuánto tiempo ha sufrido la planta la clorosis? En general, cuanto más tiempo dura la clorosis en la planta, más grave se torna. Comúnmente, la clorosis leve comienza como una decoloración (de verde claro a verde lima) del tejido internerval mientras que el color amarillo indica un problema más grave. En algunos casos, se torna clorótica una sola parte de la planta.
Las zonas afectadas (o la planta entera) pueden atrofiarse o dejar de producir flores y frutos. Además, las hojas cloróticas suelen enfermarse y escaldarse. La clorosis severa causa el amarillamiento de los nervios foliares, luego la necrosis de la hoja, después la de la rama y, por último, la de la planta.
El tratamiento de la clorosis varía según la causa. Si la clorosis se debe a la compactación del suelo, al drenaje insuficiente, al poco desarrollo de las raíces o a que estas están dañadas habrá que airear el suelo, labrarlo, agregarle mulch, etc. Las deficiencias nutricionales pueden tratarse de varias maneras.
La aplicación foliar de nutrientes ya sea en forma de solución soluble en agua o como quelatos puede corregir el problema por un tiempo, pero sólo afectará a las hojas que estén presentes cuando se haga la aplicación. Las hojas que se desarrollen y crezcan después de realizado el tratamiento no recibirán los beneficios. Por lo tanto, para mantener el follaje verde harán falta varios tratamientos cada estación de crecimiento.
Otro método es la aplicación en el tronco. Este método es rápido y puede durar varios años. Sin embargo, hay que esperar 30 días antes de ver los primeros resultados. Los nutrientes pueden incorporarse al árbol a través del tronco de dos maneras. Ambos métodos se hacen agujereando el tronco, la cantidad de agujeros depende del diámetro del tronco. El primer método de aplicación consiste en atar a los agujeros recipientes con tubos. El movimiento de agua en el árbol ayudará a llevar los nutrientes al tronco. Una vez que los recipientes se vacían, se retiran y se tapan los agujeros. El otro método consiste en clavar cápsulas plásticas en los agujeros. Estas cápsulas están diseñadas para permanecer en el árbol. En ambos casos, es recomendable contratar a un profesional para hacer las aplicaciones en los troncos.
El último método para tratar la clorosis es a través del tratamiento del suelo. Es necesario realizar análisis del suelo para determinar el pH como así también la disponibilidad de nutrientes relacionados con la clorosis. Teniendo en cuenta el análisis del suelo, el pH puede corregirse o se pueden aplicar los nutrientes necesarios haciendo agujeros en el suelo a un ángulo de 45 grados hasta 12 pulgadas de profundidad comenzando a tres a cinco pies del tronco y alcanzando la altura total del árbol o cuanto permitan los límites de la propiedad, los cimientos, las calles y las veredas.
Escrito por James Schuster. Educador de Horticultura. Revisado por Bruce Paulsrud, Especialista de a Extensión, Entrenamiento para la Aplicación de Pesticidas, Departamento de Agricultura, Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.