University of Illinois Extension

Moho gris (Botritis)

El moho gris (Botrytis cinerea) y sus cepas causan la necrosis de las flores, las hojas, las yemas, los brotes, las plántulas y las frutas de las plantas. Tanto las plantas herbáceas como las leñosas son susceptibles a esta enfermedad. Esta enfermedad no tiene hospederos específicos. El moho gris puede infectar a cientos o miles de plantas. La infección ocurre en condiciones de humedad. Cuanto más húmeda esté la planta, más riesgo correrá de infectarse de moho gris. La cantidad de zonas infectadas ha aumentado como así también la cantidad de plantas atacadas y el grado de gravedad de las infecciones (desarrollo más rápido de la enfermedad y necrosis del tejido).

La botritis a veces se confunde con los daños que se manifiestan cuando las plantas envejecen o con el daño que causan los trips. Revise los pétalos atentamente para diferenciar la marchitez causada por el envejecimiento de la que causa la enfermedad. La marchitez causada por el envejecimiento debe ocurrir primero en los pétalos externos y en los bordes o en la puntas. Cuando los pétalos internos o el centro de los pétalos desarrollan lesiones marrones primero, la causa probablemente sea el moho gris. En las hojas delgadas como las del árbol de Judea, las lesiones son irregulares de color marrón claro a marrón.  En las hojas más carnosas como las del rododendro se ven anillos concéntricos de distintos tonos del marrón.

Los síntomas varían según el tipo de planta atacada, la parte de la planta atacada y las condiciones de crecimiento. Cuando hay mucha humedad se puede ver un entretejido fino gris (micelio). Generalmente, en ese “tejido” se forma una estructura denominada conidióforo que contiene esporas. Las plantas infectadas liberan las esporas de la enfermedad en forma de nubes cuando por alguna razón se mueven. La humedad también acelera la liberación de las esporas. La mala circulación de aire también contribuye a la supervivencia y al desarrollo de la enfermedad. Cuando la temperatura oscila entre los 68 y 76 °F y la humedad es elevada, la enfermedad demora aproximadamente 20 horas para comenzar a infectar. El clima cálido a muy caluroso y seco contribuye a reducir o detener el desarrollo y la diseminación de la enfermedad.

La enfermedad inverna en el material vegetal muerto infectado. La sanidad es importante. Corte las flores muertas y retire todo el tejido vegetal infectado. Para destruir los tejidos infectados lo ideal es quemarlos. Sin embargo, como en casi toda la zona metropolitana de Chicago está prohibido quemar plantas el método alternativo será enterrarlas. Haga un pozo de al menos un pie de profundidad. Tape el material infectado con un pie de tierra.

Los fungicidas no son muy recomendables para tratar esta enfermedad ya que afecta comúnmente a los pétalos de las flores. El control principal es la sanidad. Esta tampoco resulta ser el método perfecto porque la enfermedad se disemina con el viento por grandes superficies. Algunas plantas de interiores susceptibles son las violetas africanas, los amarilis, las azaleas, las begonias, los cactus, los caladios, la cala, las camelias, el ricino, los crisantemos, las cinerarias, el cóleo, la flor celeste, las dalias, las dracaenas, la cineraria gris, los helechos, las higueras, las fucsias, las gardenias, las gloxinias, el heliotropo, las orquídeas y las poinsetias.

Algunas plantas herbáceas anuales que son susceptibles a esta enfermedad son las agerato, las begonias, las orejas de elefante, los claveles, la celosía, la achicoria, el geranio, las gerbera, los gladiolos, las alegría del hogar, la caléndula, las capuchinas, las violetas, las petunias, las estatices, el guisante de olor, la verbena y la zinnia.

Algunas plantas herbáceas perennes susceptibles son las anémonas, las aster, las gypsophilas, las campanitas, el corazón sangrante, la sanguinaria, la campanilla de Irlanda, el botón de oro, la caléndula, las iberis, el clavel, el crisantemo, la achicoria, la coral baya, los geranios, el diente de león, las hemerocalis, las delphinium, la pipa del holandés, la dedalera, amaranto perenne, los jacintos, los lirios, el aro manchado, el lirio de los valles, los lupinus, la cruz de malta, el narciso, la peonía, el phlox, las dianthus, las hostas, la amapola, las prímulas, la echinacea purpúrea, la rosa, la campanilla de invierno, el tulipán, la hierba doncella y la violeta.

Entre los árboles y arbustos susceptibles se encuentran los alisos, el manzano, el damasco, el fresno, las azaleas, el agracejo, el cerezo, el abeto de Douglas, el espino albar, el muérdago, las madreselvas, las hortensias, el alerce, las lilas, las magnolias, el falso jazmín, el peral, el caqui, el ciruelo, el rododendro, el árbol del cielo y el duraznillo.

Algunas hortalizas y plantas de frutos pequeños susceptibles son el alcaucil, el espárrago, los frijoles, la remolacha, la mora, la arveja de ojo negro, el arándano, el brócoli, los repollitos de Bruselas, el repollo, la zanahoria, la coliflor, el apio, las cebolletas, el pepino, la grosella, la berenjena, las endivias, la grosella espinosa, las uvas, la col enana, la col rábano, el ajo puerro, las lentejas, la lechuga, la okra, la cebolla, la pastinaca, las arvejas, el maní, los pimientos, la calabaza, el membrillo, la frambuesa, el ruibarbo, el colinabo, las calabacitas, las fresas, el girasol, la batata, el tomate y el nabo.

Escrito por James Schuster. Educador de Horticultura. Revisado por Bruce Paulsrud, Especialista de a Extensión, Entrenamiento para la Aplicación de Pesticidas, Departamento de Agricultura, Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.